¿Hacia la 'Intervención Humanitaria' en Colombia? (I)

Héctor Mondragón

 

 

La de los activistas de los derechos humanos en Colombia es una triste historia. Comienza cuando denunciamos haber sido detenidos. Por ejemplo, yo, he estado en la cárcel seis veces. He sido torturado una vez: tengo el honor de haber sido torturado por un pupilo de la Escuela de las Américas.

Cuando denunciamos el hecho de que se nos hace prisioneros y se nos tortura, hacen desaparecer a la gente. Actualmente, se dan dos desapariciones al día, de media. El año pasado se produjeron 243 casos. Del 3 al 10 de julio se produjeron 40 desapariciones.

Cuando denunciamos desapariciones, ellos recurren al asesinato. Hoy ya no se producen arrestos. La democracia colombiana es tal que puedes decir lo que quieras. Eres libre de decir lo que quieras y libre de morir por ello. No exagero al asegurar que 5000 amigos míos han muerto asesinados. Amigos trabajadores, indígenas, mujeres, miembros de sindicatos, campesinos... Todos terminan asesinados.

Cuando denunciamos asesinatos, responden con la masacre. Se produce algo así como una masacre al día. El año pasado se cometieron 425 masacres. Se han producido 3 en estos últimos días. En Peque, Antioquia, los paramilitares tomaron el municipio por la fuerza y lo mantuvieron sitiado durante 5 días, sin que se produjera ningún tipo de reacción por parte del gobierno. Provocaron el desplazamiento de 5.000 personas, y asesinaron a 30, del 3 al 8 de julio del 2000. En Remedios, Antioquia, cinco campesinos morían asesinados. En Sitio Nuevo, Magdalena, 20 personas fueron asesinadas. En cada entrevista que doy me veo obligado a informar de una nueva masacre.

Hoy estamos en una fase en la que nos toca denunciar masacres. Pero, ¿qué puede haber peor que una masacre? Existe algo peor que una masacre y es la intervención militar directa de los EE.UU. en el país. Estas masacres son la política de aproximación a tal intervención. Y el mundo dirá: 'debemos intervenir'. Se está creando un clima receptivo en la opinión pública para asumir que la intervención militar es la solución. Y, al igual que ocurriera en Yugoslavia, se traducirá en la devastación del país y no en el fin de la guerra.

La guerra civil en Yugoslavia empezó en Croacia para ir extendiéndose a Bosnia, de allí a Kosovo y después a Macedonia. Sigue imparable porque no existe un proyecto para solucionar estos problemas. Lo que existen son proyectos de negocio. Hace dos días los EE.UU. vetaban un tratado de control de armas en las Naciones Unidas; acaso hayan oído hablar de él. Aseguraban que la libre venta de armas resulta vital para la democracia. Están encantados de vender armas a los paramilitares y al gobierno colombiano. Y, pronto, procederán con igual entusiasmo a la "salvación" del país con la intervención. Están echando leña al fuego, y ahí estarán ellos con la solución.

Los parámetros del debate en los EE.UU. no es que sean amplios. La gran cuestión la constituía si los helicópteros debían ser Blackhawks o Huey. El problema residía en que cada una de las compañías financiaba a un partido político diferente. Afortunadamente, dieron con una solución de compromiso, satisfactoria para ambas partes: comprar la mitad de ellos a Huey y la otra mitad a Blackhawk.

Entretanto, hay cuestiones de bastante mayor calado que no se tocan. El petróleo y la electricidad. El petróleo es caro. California está sufriendo la escasez de electricidad. Necesitan petróleo. Y Colombia tiene petróleo, gas, electricidad. De modo que 3 senadores presentaban enmiendas al Plan Colombia instando a que el petróleo figurara en él como algo prioritario. Aunque, no es que fuera necesario. Pastrana mantuvo una reunión con los capitostes del petróleo, les prometió enormes concesiones, y así lo cumplió. Antes de los cambios de Pastrana, las empresas tenían que pagar un 16% en impuestos. Hoy pagan un 5%. Antes de los cambios, las compañías estaban obligadas a admitir un 50% de participación de la empresa petrolífera estatal. Hoy es un 25%.

De enero del 2000 a julio del 2001 Colombia firmó 54 concesiones de petróleo. Se están cediendo inmensas áreas de territorio. Lo podrán comprobar si van a Putumayo. La empresa representante del sector empresarial era Occidental Petroleum (OP). OP comunicaba al gobierno estadounidense que el Plan debía centrarse en Putumayo, Arauca y el Norte de Santander. El gigante de la energía Enron también presionó por el Plan Colombia. Ésta es propietaria de la principal empresa distribuidora de gas natural en Colombia, Promigas. Y el interés por el petróleo no se limita a Colombia.

En un editorial del 10 de abril del 2000, el senador Coverdale manifestaba que, aunque muchos ciudadanos se teman otro Vietnam, resulta necesario, porque Venezuela tiene petróleo, y Venezuela siente animadversión por EE.UU. EE.UU. debe intervenir en Colombia para dominar a Venezuela. Ecuador también resulta vital, y los indios de allí son peligrosos, de modo que, EE.UU. debe intervenir también allá. Argumentaba que si EE.UU. puede librar una guerra en la remota Iraq, de seguro puede también librar una en Colombia.

En este contexto, resulta vital reparar en el hecho de que el Plan Colombia deja de ser el Plan Colombia. Hoy se trata de 'la Iniciativa Andina' con bases militares en Ecuador y Aruba. Aruba es propiedad de Holanda, que suscribe su utilización por parte de EE.UU. sin ningún tipo de objeción. Ahora bien, ¿por qué hace Holanda algo así, permitiendo que EE.UU. se hiciera con un brazo de acero para controlar Colombia?

Pues bien, porque Shell es una empresa holandesa que tiene puesto el ojo en las reservas de gas de la Guajira. Las nuevas bases de los EE.UU. reemplazarán las bases de Panamá, aunque EE.UU. no dejará de presionar a Panamá para que admita tropas visitantes.

La dinámica de guerra está en marcha. En abril del 2001 el equipo asesor de Bush le comunicaba que era preciso controlar a Brasil siguiendo el método de 1964. El método de 1964 fue un golpe de estado militar y se reconocía que controlar Brasil significaba controlar América Latina.

Brasil corre el riesgo de elegir un gobierno popular y democrático. El partido de los trabajadores dirige varios gobiernos municipales y bien pudiera ganar las elecciones presidenciales. Comparan a Lula, líder del partido de los trabajadores y candidato presidencial, con Salvador Allende en Chile (y recuerden la suerte que corrió). El movimiento campesino en Brasil, el MST, (Movimiento de los Sin Tierra) es poderoso. Ha logrado sacar adelante importantes reformas agrarias. El actual gobierno brasileño ha dado pasos que no han gustado nada a Bush. La empresa petrolífera estatal de Brasil contempla la exploración petrolífera en una operación conjunta con Venezuela. En Brasil no gusta el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). De ahí que EE.UU. esté presionando su materialización para el año 2003 en lugar del 2005.

Venezuela y los demás países tratan de crear el MERCOSUR como alternativa. Ahí es donde entra en escena el método de 1964.

Pastrana ha afirmado que, por lo que a él respecta, estaría encantado de que el ALCA se concretara hoy mismo. Podemos asegurar que si el neoliberalismo entró en América Latina con las botas de Pinochet, el ALCA llegará a América Latina con los helicópteros del Plan Colombia. Éstos son los intereses en juego en la guerra en Colombia. En sus raíces subyace el afán de control económico de la América Latina, afán al que se está oponiendo resistencia.

Arriba lucha antifascista