EDITORIAL

Mi reino sí es de este mundo

S.P. del Comité Nacional

Bush y Bin Laden creen a Dios de su lado ("Que Dios siga bendiciendo a América", "El Dios omnipotente ha golpeado América") . Cuando se mata en nombre de Dios, no hay límites. Todo vale, incluso exterminar a centenares de miles de seres humanos, para conducir al resto quiera o no, al paraíso eterno. Si se nombra a Dios (Alá, Jehová,...) temamos lo peor.

Un rasgo identificativo de los Estados Unidos fue la libertad de creencias y la separación entre religión y autoridad política, pues se fundan, en parte, con los huidos de las guerras de religión en Europa, y ya que su unión no puede proceder de su religión, ni su lengua, ni su raza, ni su lugar de nacimiento, su identidad nacional está basada en el acatamiento de la cívica "verdad oficial" que asume el papel de "verdad absoluta", con lo que se convierte en otro fundamentalismo.

Ese es el caldo de cultivo para el ejercicio de la violencia por seres que se creen al servicio de una causa superior, convencidos de que sus ideas pueden y deben ser defendidas con violencia y que tienen derecho a matar o encerrar a quienes no asuman su visión del mundo y una vez más, en guerra santa para unos, de civilización para otros. Los sesudos europeos estamos discutiendo si estamos entrando en la "guerra de civilizaciones" o si más bien seguimos con la poco original lucha entre las clases en el plano mundial, donde la agudización de las desigualdades socioeconómicas es transversal a las diferencias étnicas.

Todas las guerras son irracionales y evitables excepto las de "nosotros" frente a "ellos", que son necesarias, justas, morales y respetuosas con el derecho internacional. Después nos lamentaremos de las consecuencias devastadoras de la guerra. Estamos metidos en un buen lío.

Lo de intentar distinguir "terrorismo" y "acto de guerra" no es nuevo, pero sí lo es que en este conflicto se contrapongan en ambos bandos elementos de la guerra de las galaxias con elementos medievales, como si del túnel del tiempo se tratara. Sepamos que ha costado menos el ataque a EEUU que un solo tomahawk. Se han utilizado estos misiles y la última tecnología bélica en arrasar Afganistán y, sin embargo, diplomáticamente se utiliza como aliado interno a la integrista Alianza del Norte y de jefe a ese rey de tribus, que parece salido de un relato de Marco Polo.

Si definimos nuestra civilización (la del Imperio) como multicultural, ¿Por qué se percibe lo sucedido como un ataque a nuestra civilización? Seguramente porque lo más útil es encontrar un enemigo externo para justificar el mantenimiento de privilegios y de represión, no sólo fuera, sino dentro de nuestro sistema. Nos afanamos en demostrar la guerra de civilizaciones o de religiones cuando "nosotros" y "ellos" somos mayoritariamente laicos y lo que procede es actuar sobre las causas del hambre, de las enfermedades, de la esclavitud, de la explotación, el uniformismo cultural a la fuerza, que no son otras que el desigual reparto de la riqueza y la organización jerárquica de los privilegios en la que no se concibe la autogestión.

Lo de laico y aconfesional, aquí no lo tenemos muy claro. Obligados a pagar impuestos, tenemos derecho a que no se financie con ellos al cuerpo de catequistas de ningún credo religioso, y menos todavía utilizando instalaciones de enseñanza pública. No sólo se financia a los adoctrinadores católicos, sino que el Estado, a través de sus administraciones central, autonómica y municipal, aportan cada año en torno a 586.000 millones de pesetas a la Iglesia católica en sus diferentes y numerosísimas vertientes.

De ese medio billón largo, sólo el 3,7% viene de los Presupuestos Generales del Estado que aprueban las Cortes, que ya incluye los 15.000 millones de asignación tributaria de los católicos en la declaración del IRPF. Dicho de otro modo, el Estado con control sólo aporta 1,1 % a la Iglesia Católica y los fieles-vía IRPF- sólo aportan el 2,6% de la financiación del Estado a la misma. El resto sale sin control de las arcas de varios ministerios de Estado -Educación y Cultura, Defensa, Sanidad, Trabajo y Asuntos Sociales- y de las consejerías de los gobiernos autónomos, hasta hay una Consejería de Medio Ambiente que financia obras de interés eclesiástico.

Las organizaciones católicas que reciben más dinero del Estado están en el campo de la asistencia social y de la caridad (Cáritas, 25.877 millones) y en la enseñanza. Sólo en sueldos para pagar a los 33.440 profesores de catolicismo que actúan en el sistema educativo (15.600 en los C. Públicos), el MECD y las consejerías autonómicas gastan más de 100.000 millones por curso, cifra pequeña para todo el sistema de conciertos con las instituciones eclesiales que alcanza los 420.000 millones en subvenciones, el 85% de toda la enseñanza privada concertada.

Pagamos el módulo general, las nóminas de los docentes y hasta la administración de los centros. Por autonomías, destaca que Andalucía y el País Vasco destinan la misma cantidad (54.000 millones), lo que manifiesta la altísima financiación de la enseñanza confesional, en el ámbito vasco. También Cataluña gastó lo suyo (82.000 millones) . Ambas autonomías históricas no aportan datos desde 1998¡!

Los profesores de religión del sistema público cobran 285.955 pesetas mensuales brutas (secundaria), salario superior al de la privada concertada, así que es más rentable hablar del Espíritu Santo en la pública que de matemáticas en la privada, se entiende, pues, que defiendan su privilegio y que CCOO se apunte al carro de estos/as desinteresados divulgadores de dogmas y supersticiones.

La imponente actividad educativa de la Iglesia atiende a 1.500.037 alumnos y 80.959 profesores y seis universidades1 . Este interés social de la Iglesia no lo es en absoluto, pues se desarrolla siempre en los barrios y núcleos urbanos de mayor renta, en las comunidades más ricas, no integra a las minorías y a la infancia con necesidades educativas especiales.

También se financia con centros hospitalarios y guarderías infantiles, etc,... El Estado paga a los capellanes hospitalarios (3.700 millones), los penitenciarios, más los capellanes castrenses. Todo muy aconfesional.

No menos abultadas son las ayudas para su ingente patrimonio artístico e inmobiliario: decenas de miles de millones públicos en estos 20 años. El año pasado, Cataluña gastó 377 millones para obras en edificios de propiedad eclesial y como no basta participó en cuantiosos gastos de museos episcopales (en Vich financió íntegramente la construcción de la nueva sede) . En Madrid, Comunidad y Ayuntamiento aportaron 750 millones a la catedral y cada año añaden más para otras propuestas episcopales.

Cada año anuncian los presupuestos de la Iglesia para el año ..., pero el presupuesto del que hablan -23.929 millones en 2001- sólo es para pagar los sueldos de los propios obispos (211 millones) y los de sus 19.000 curas parroquiales, más los gastos de personal y de funcionamiento de su propia Conferencia, pero así quieren convencernos de que se financian con la declaración anual de la renta.

Todos estos privilegios son incompatibles con el laicismo y es que son los herederos del aval católico a la dictadura por el que la Iglesia a pesar de los maquillajes, sigue sacando una rentabilidad opaca para la ciudadanía en el s. XXI. Tras los tenues vientos de laicismo estatal en los ochenta, vimos en 1999 cómo Rajoy legalizó la inconstitucional existencia y contratación de los adoctrinadores católicos, que se han aprovechado de la situación, para lamentarse, luego de serles aplicada la misma medicina.

¡Y seguimos siendo laicos!

La mitad de los españoles se declara católico practicante, otro 32% se dice católico no-practicante, el 15% al 20% se proclama no religioso, agnóstico o ateo y el 2% practica otra religión. Pero el 71% de los católicos está en contra de la Iglesia por condenar los métodos anticonceptivos; el 64% la critica por rechazar el divorcio e, incluso, un 53% no está de acuerdo en que el Papa condene el aborto en cualquier caso. Apenas el 35% asigna a la Iglesia la cuota correspondiente en la declaración de la renta (Cataluña, 22%). Los obispos rebasan la edad de jubilación y ya hay en España un 50% de parroquias sin párroco. ....... Sin embargo la I. Católica afirma que el 90% de españoles es católico.

Bin Laden tiene dinero en paraísos fiscales, ¿Y el dinero de la Iglesia en Gescartera no estará relacionado con el blanqueo de dinero y la evasión de impuestos? ¿Cuál es la diferencia entre las escuelas coránicas financiadas por los saudíes, las escuelas bíblicas del medio-oeste americano y lo que se propugna aquí? ¿Cuál es la diferencia entre la confesionalidad del estado talibán y el nuestro? La estrategia de Bin Laden es mantener unida la diversidad islámica o no occidental, gracias a la existencia del enemigo occidental, pero ese también es el enfoque de Blair, de Aznar, de EEUU que satanizó a Sadam Hussein y ahora a Bin Laden.

Es mejor para la gran coalición reducir el problema a Afganistán, a los talibanes, a Bin Laden, aunque sea a costa de contradicciones: ¿Quién ha fabricado más terroristas: Pakistán o Afganistán? ¿Quién ha aportado más dinero para el terrorismo: Arabia Saudí o Afganistán? Y ello nos va a meter en más conflictos. Necesitaban un enemigo y Afganistán tenía todas las papeletas: el más débil y el más vil. Antes del ataque a EEUU había razones fundadas para aplicar la doctrina de injerencia en Afganistán y, por encima de todas, la trágica situación de las afganas, sometidas a la muerte en vida, pero no entraron ganas de combatir.

Sigamos jugando a la exclusión en la que violencia y creencia se encuentran. Ahora la anulación de libertades (prensa, manifestación, intimidad, etc, ..) en nuestro ámbito es el precio que estamos pagando "los occidentales" por olvidar la realidad de que el mundo es inhabitable en sus tres cuartas partes.

Un mundo más justo sin duda reduciría la violencia, pero no simplifiquemos nosotros también, pues mientras lleven las riendas los dueños de la Verdad Absoluta: los guardianes de Dios (Alá, Jehová, etc, ..), los laicos de España o de Afganistán temamos lo peor: La violencia está servida porque hoy su reino sí es de este mundo y en él somos herejes o infieles.

Arriba lucha antifascista