Elementos para una síntesis de las luchas globales

Hasta Seattle, el movimiento de lucha global era un espacio compartido por las más variadas tendencias, desde sindicalistas hasta ambientalistas, desde anarquistas hasta comunistas, desde pacifistas hasta partidarios de la lucha armada, en fin, muchos estaban allí.

Interesante es constatar que la Acción Global de los Pueblos es la que inaugura esta forma de lucha comenzando por Reclaim the Streets en Inglaterra y Ya Basta, de Italia, que junto a organizaciones básicamente campesinas del Tercer Mundo y una avalancha de grupos anarquistas y ecologistas, gays y otros, hacen de estas manifestaciones una verdadera mezcla de festival y asonada callejera. Normalmente se convoca a una manifestación central, en la ciudad donde se reúnen los articuladores del capital internacional y paralelamente en muchas ciudades del planeta.

El proceso fue creciente y en cada manifestación era posible verificar una mayor incorporación de personas, así como diversificación de las formas de lucha. Muchos grupos comenzaron a preparar las condiciones para la autodefensa, producto de que la represión se manifestaba cada vez más dura.

Así llegamos a tener en la calle básicamente tres modalidades de acción: manifestantes en marcha numérica, pacifistas preparados para la autodefensa y grupos dispuestos a hacer de la calle un terreno para golpes específicos contra empresas o símbolos del capital, cuestión que ya venía siendo realizada por medio de ataques a la cadena McDonalds y otros. En el comienzo no era fácil distinguir unos de otros, lo que entendemos com parte de un proceso de precisión de objetivos, pero la iniciativa era obviamente de las dos últimas.

La masividad que alcanzó Seattle llamó la atención de los grupos reformistas que venían agrupándose en Attac, Rcade y otras, básicamente en torno a proyectos de humanización de la globalización y de fortalecimiento de sus perspectivas electorales.

Así estos grupos se incorporan activamente con la intención de transformar dichas manifestaciones en simples marchas que fortalezcan la capacidad negociadora de sus lideres.

De movimiento autónomo, la lucha global fue transformada en demostración de fuerza acoplada a interlocutores y representantes que conversan y discuten con las autoridades políticas, económicas y policiales. Hasta la situación bochornosa del compromiso de los reformistas en Génova de aislar a los que llaman violentos, esto es, los componentes de las otras dos formas de encarar la acción callejera.

En Sao Paulo, un sector del movimiento, a pesar de la negativa mayoritaria a aceptar liderazgos, y, por tanto, a aceptar camión de sonido, con micrófonos directivos, consiguió imponer dicho camión en la protesta por la muertes del compa italiano. No sabemos en otras partes, pero eso significa que un sector del movimiento autónomo y libertario está asumiendo la metodología del reformismo para intentar mantener una especie de competencia para ver quien consigue mostrar más efectividad y arrastrar más gente al respectivo campo en el centro de las ciudades. Eso es caer en el juego y legitimar la acción meramente numérica, por más que se diversifiquen las actividades lúdicas o propagandísticas.

Por ese camino, las convocatorias acabarán siendo solamente caldo de cultivo y masa de maniobra para los negociadores, los llamados "moderados" por el propio sistema.

Además de las formas de acción callejera, las consignas y contenidos de las convocatorias comienzan a cambiar. De denuncia y lucha contra el capital y sus organismos, pasan a ser de propuestas de modificación de las formas de operación de dicho capital. Así el perdón de la deuda externa o la tasación de las operaciones financieras comienzan a ser el centro de las llamadas.

En Sao Paulo, los reformistas intentaron priorizar la acción contra el ALCA, pero esa consigna fue apagada por la creatividad y fuerza del movimiento autónomo y libertario, que levantó banderas más claras.

En Brasil, ellos no necesitan hacer muchos esfuerzos en la calle, ya que junto a Attac confían en su Forum Social Mundial, instancia máxima de proyección de sus líderes, representantes y candidatos.

La ofensiva del reformismo por domesticar la lucha global y someterla a sus propósitos está en plena andadura, y será tarea imprescindible modificar las formas de lucha.

Esas modificaciones tendrán mucho que ver con la capacidad y versatilidad de los movimientos y grupos contestatarios para adecuarse a las nuevas condiciones de aislamiento y represión que las clases dominantes están estableciendo, so pena de verse cada vez más diluidos en esa dinámica.

La policía está infiltrando los movimientos y haciéndose pasar por bloques violentos tergiversan las acciones. Los reformistas están negociando. Continuar así será el suicidio del movimiento autónomo y libertario, que es justamente lo que se desea.

Quizás sea el momento de pasar a la ofensiva en otros planos, tales como la multiplicación de las acciones, evitando la concentración en un solo punto de las ciudades, o también seleccionar determinados barrios populares en conflicto racial o de otros tipos, para concentrar ciertas fuerzas o algunos grupos allí, con la perspectiva de consolidar la capacidad de lucha de localidades.

Como éstas, deben aparecer muchas otras posibilidades, pero lo cierto es que la ofensiva reformista y la ofensiva represiva sólo podrán encararse con el aumento de la lucha social. Y sin quemar los barcos, pues la lucha es larga. Abrazos.

Profesor J.

Arriba lucha antifascista

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