Las Bolsas siguen celebrando sus despidos

 

Y todavía hay quien está por negar que las Bolsas son un gran enemigo del bien colectivo común.

El desgraciado anuncio de una nueva macrofusión, en este caso de los fabricantes informáticos H.P y C. se ha puesto sobre la mesa con el habitual y lamentable acoso moral a sus miles de trabajadores. Se anuncian impunemente cientos de miles de nuevos "despidos": el mero anuncio de una cosa así debería hacer intervenir al Tribunal Internacional De Derechos Humanos, pues se trata de un caso flagrante de Acoso Moral Masivo de talante genocida, sin ninguna duda.

Los presidentes y cuerpos directivos de estas y otras compañías como ésas programan este tipo de operaciones para asegurarse su jubilación, su presente e ingresos que harían palidecer de vergüenza a personas que tuvieran un mínimo de dignidad.

Claro, ellos lo hacen por la Bolsa y por sus accionistas: digámosle a esa Bolsa dónde nos parece que puede irse.

Entretanto, los obispos defienden desde sus púlpitos que la Iglesia siga haciendo negocio en ese repugnante mercado de la codicia. Cuando la moral, por laxa que sea, nos indica que debería condenarse sin paliativo a ese tipo de personajes al servicio de las Bolsas...

Lo que los ciudadanos podemos hacer ante tanta desvergüenza pasa por el boicot a los productos fabricados por compañías que se permiten ese tipo de acoso moral indecente.

Los ciudadanos podemos demostrar más poder que la BOLSA con el boicot a los productos de las multinacionales que se permiten anunciar y ejecutar ese tipo de planes de reestructuración a costa de sus trabajadores...

Extraído de www.indymedia.org