Otra más que sumar a la larguísima lista de cadáveres para mayor gloria del capital. Mientras las empresas y la Banca multiplican sus beneficios, tres trabajadores mueren al día, víctimas de la insaciable sed de ganancias de la burguesía.

El pasado viernes 27 de julio murió en el famoso ( por su mala planificación) depósito de aguas en Benissa Luis García Gutiérrez de 41 años. Se precipitó desde un andamio de siete metros. Su única culpa: traer el pan a sus dos hijos.

Desde la CNT-AIT de Benissa volvemos a denunciar públicamente esta nueva muerte, inútil y completamente evitable, así como la actitud de los sindicatos subvencionados, que se limitan a criticar en la prensa la falta de seguridad en los centros de trabajo, falta que ellos mismo provocan al colaborar con los empresarios en el aumento de la plusvalía, principal causa de esta falta de seguridad en el tajo.