Opinión 

Próxima cita europea en Zaragoza.

Mensaje en la botella antimilitarista


Colectivo de Objeción y Antimilitarismo de Zaragoza (MOC)


Necesitamos que entre todos los movimientos sociales, desde el antimilitarista al movimiento anti-globalización, propiciemos un movimiento mundial por la desmilitarización y abolición de los ejércitos. Para detener las guerras al servicio del Nuevo Orden Mundial de las multinacionales, para superar las amenazas sobre cualquier territorio que quiere un desarrollo independiente.

Sigue siendo necesaria la lucha contra la OTAN, sus crímenes y recordar la responsabilidad de los que no se oponen o apoyan las guerras. No olvidemos el sufrimiento ocasionado por las guerras supuestamente limpias y humanitarias de la OTAN y "nuestros" gobiernos en Irak, en la antigua Yugoslavia o donde sea. El ministro británico de la guerra decía ya durante la "I guerra mundial" de 1914: "Si la gente conociera la verdad, la guerra sería parada mañana". Urge colaborar en deshacer la cortina de humo que los manipuladores de la comunicación levantan para ocultar tanto los horrores de estas guerras como los verdaderos objetivos de los ejércitos. Hay que hacer correr información veraz y antimilitarista. Cualquiera que conozca bien su región de origen puede hacerse una idea clara, a pesar de la desinformación. Una enfermera congoleña dice:"Las grandes potencias nunca son "humanitarias". Cuando se desencadenaron los genocidios en la Ruanda pobre, ellas dejaron hacer. Sin embargo, intervienen en el Congo rico para controlar sus riquezas".

Las guerras deben considerarse en conjunto. Cada vez más países son agredidos o amenazados. La competencia por los recursos naturales es la fuente principal de las guerras. Los modelos industriales neocapitalistas junto con la urbanización rápida para asentar su mano de obra (fundamentalmente precaria) demandan más y más minerales, y los modelos sociales de producción y consumo exigen más y más petróleo y gas; todo ello a una velocidad muy superior a su capacidad de producción. Esta lleva a la pugna por todo los recursos estratégicos,

como el petróleo. Igualmente, determinados minerales con valores simbólicos y de inversión financiera, como diamantes, esmeraldas y oro son objeto de expolio, conflictos y corrupción. Las redes económicas de armas, diamantes y droga parten de Sierra Leona, Colombia o Afganistán y llegan hasta Europa y EE.UU. La mayoría de las guerras están para permitir a las multinacionales acaparar las riquezas estratégicas y los mercados. El 28 de marzo de 1999, justo antes de los bombardeos sobre Yugoslavia, el New York Times decía: "Para que la globalización funcione, América no debe tener miedo a actuar como la superpotencia omnipotente que es. La mano invisible del mercado no funcionará nunca sin un puño oculto. McDonals no puede ser próspero sin Mc Donnel Douglas, constructor del avión F-15".

Es absurdo y criminal que las empresas dupliquen sus beneficios con despidos masivos y el aplauso de la Bolsa. Y que un par de zapatillas NIKE se venda a 3.000 francos y que la obrera que las fabrica reciba 11.

Mientras, se derrocha en el escudo antimisiles que no nos defiende en nada, pero puede permitir a EEUU atacar a cualquiera, incluso nuclearmente. O en el Euro-ejército, encargado de las mismas guerras sucias, pero para provecho de las multinacionales europeas. Y no olvidarnos de Japón, n°2 mundial en porcentaje del PNB dedicado al armamento.

Nuestra tarea conjunta puede ser, en primer lugar, poder proporcionar al mayor público posible nuestra información. Las guerras serían imposibles sin las mentiras mediáticas. Quienes luchamos somos marginad@s por una desinformación destinada a desorientar a la opinión pública internacional. En segundo lugar, que las luchas se unan y refuercen mutuamente. Las resistencias están todavía dispersas. El movimiento antimilitarista, el anti-globalización, el ecologista y el de solidaridad podrían unirse para acabar con el militarismo, que es lo que está defendiendo al capitalismo, lo que extiende la sumisión que impide que otro mundo sea posible. La inquietud por el aumento de guerras hay que transformarla en acción. Urge entender que el dinero que devoran los carros de combate y los bombarderos no está disponible ya para lo social, para empleo o educación. Y la mejor forma de apoyar la resistencia de los países agredidos, es parar la intervención en el país donde se financia. Vietnam pudo vencer la agresión de USA gracias a su lucha interna, pero también gracias a un movimiento mundial de solidaridad.

El movimiento anti guerra debe ser extremadamente amplio, pero también debe permitir cuestionar el sistema que causa estas guerras. Los actuales horrores deben servir para hacer comprender que la dictadura del beneficio absoluto lleva inevitablemente a la guerra. Nos falta una dimensión europea e internacional mayor de la que hay. El océano de injusticias que tenemos delante está mundializado. Nosotr@s debemos estarlo también. Ese es el mensaje. En este sentido os anunciamos que el ministro de defensa español, Federico Trillo acaba de anunciar para marzo del próximo año una Cumbre de Defensa Europea en Zaragoza. ¿Os animáis? Próxima cita 2002: Zaragoza antimilitarista.

El movimiento anti-globalización podría adquirir una dimensión suplementaria: la antimilitarista. La OTAN bombardeó Yugoslavia no para que triunfarán los derechos humanos, sino para obligar a aplicar el programa del FMI y la OMC. E Irak debe someterse a las multinacionales del petróleo. La OTAN es el puño para aplastar cualquier resistencia al orden de las multinacionales.

El arco mundial bélico, desde Colombia a Afganistán, el Cáucaso, Balcanes, Indonesia hasta África Subsahariana mueve enormes capitales. Las aproximadamente 30 guerras actuales impactan en la economía global mucho más allá de la destrucción interior que provocan.