BUSCANDO EL NORTE 

La Otra Guerra: el silencio

 

Es terrible que muera gente. Es escalofriante y desgarrador que haya perdidas de vidas que se puedan evitar. Terrible, escalofriante y desgarrador como las imágenes que ahora sí nos muestran los medios de comunicación. Es entonces cuando nos toca preguntarnos, ¿por qué es terrible, escalofriante y desgarrador cuando esto ocurre en New York, en Washington y no cuando esto ocurre en Jerusalén, en Bagdad, en los Balcanes, en Timor Oriental, en Chechenia, y en otros tantos etcéteras? ¿Es que acaso hay poblaciones que están destinadas a esto, al sufrimiento, a la sangre en la cara, el polvo en la boca y las ruinas en la calle, y por esto no merecen ser "mostradas", en "directo, minuto a minuto, desde el lugar de los hechos"? Quienes aseguran que este fue "el mayor ataque terrorista en la historia de la humanidad", ¿saben realmente algo de historia? ¿O es que solo se considera ataque terrorista cuando es en una ciudad occidental del primer mundo, un edificio en el centro financiero de la aldea global , a plena luz del día, y no cuando es en ciudades tercermundistas de Oriente, zonas rurales, preferentemente en la oscuridad de la noche? Cabría preguntarse entonces acerca de los parámetros de los medios masivos, esos que se atribuyen el cuarto poder, para determinar que población es víctima del terrorismo y cual no. Y no tenemos que asombrarnos al descubrir que este "terrorismómetro" no es más que otro instrumento (por demás racista) para dividir al mundo en privilegiados y desamparados, ricos y empobrecidos, occidente y oriente, Norte y Sur. No hace falta que repita que el saldo de estos atentados es terrible y desgarrador, sobre todo para quienes intentamos hacer algo para que este día a día (lejos de lo que en términos televisivos es el "minuto a minuto") cambie radicalmente. Pero estas 10.000, 15.000 o 50.000 vidas perdidas no son ni mas ni menos desgarradoras que 10.000, 15.000 o 50.000 vidas palestinas, vietnamitas, colombianas, serbias, israelíes, hindúes o timorenses. Y es esta la otra guerra que no tan frecuentemente vemos minuto a minuto (y no por falta de medios tanto económicos como de comunicación). Las intervenciones, cuando no directamente ataques terroristas (léase Timor Oriental, Irak, Palestina, Colombia, Balcanes, etc) contra países del tercer mundo que osen desobedecer a EUA, son sólo algunos de los tantos ejemplos que encontramos y que aún hoy, en el momento en que vemos la 48ª repetición del avión estrellándose, siguen ocurriendo. Así como se siguen ahogando en la mas terrible, escalofriante y desgarradora miseria a gran parte de la población mundial, victimas de este mundo donde el principal gasto es en armamentos, donde según UNICEF asegurar el acceso universal a servicios básicos requeriría una cuarta parte de los gastos militares anuales de los países en vías de desarrollo, y alrededor del 10 por 100 de los gastos militares estadounidenses. (*) Claro que de estos millones de vidas diarias que se pierden poco se dice en la prensa masiva. Aquí no corre la ley del minuto a minuto. Esta es la otra guerra, la guerra silenciosa, o silenciada. De esta guerra surgen las otras guerras. Quien cosecha vientos recoge tempestades. Cuando se nos muestra la "danza macabra" de palestinos en la calle no se nos cuenta que estos, generación tras generación, nacen en el más profundo ambiente de odio generado por años de destierros, saqueos y violaciones comandadas desde Washington para mantener a raya a los países árabes y controlar así la producción mundial de petróleo a su antojo. Nadie puede negar la imagen, eso es cierto, pero nadie puede negar tampoco que no hay una sola imagen, y que por cada una de estas "danzas macabras" en el tercer mundo, hay miles de "danzas macabras" en el otro mundo, el de los poderosos, el de las fiestas televisadas, las vacaciones interminables. Las imágenes dicen mas que cientos de palabras, pero ocultan a la vez cientos de otras palabras y otras imágenes. Imágenes terribles, escalofriantes y desgarradoras. Voces de los que no tienen voz. Contra estos es la otra guerra.

(*) UNICEF, The progress of Nations, 1996, UNICEF House, Nueva York, 1996 y The State of the World´s Children, 1997, Oxford Univ. Prss, Oxford, 1997.

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