De cómo el capital se busca sus habichuelas billonarias

Endesa y Elettrogen

Redacción

La primera eléctrica española, tras el "fracaso" calculado de su fusión con Iberdrola y a través de su consorcio con BSCH y la compañía de servicios municipales de Brescia (Italia), ganó contra el consorcio Edison la subasta para la adquisición de Elettrogen, empresa que controla el 7% del mercado eléctrico en Italia y que cuenta con una plantilla de 1.600 trabajadores. El hecho es significativo porque es una muestra de cómo el capital español de inversión foránea escapa del "riesgo latinoamericano" y se acoge a aquellas áreas donde la oficialización del sindicalismo permite movimientos de mayor seguridad a sus capitales. La población trabajadora de Argentina, Colombia y Bolivia, especialmente, no se lo está poniendo muy fácil al río de la peseta en trance de hacer su agosto a costa de reconversiones, licenciamientos y salarios tercermundistas. No han calculado bien los prebostes del capital. No hubieron cuenta de que, desde comienzos del siglo pasado, hubo en la región una tradición de lucha rojinegra que abarcó desde el zapatismo mejicano hasta la Pampa en llamas y la Tierra del Fuego, ni de que, por aquello de que el que tuvo retuvo, una vez agotados los regímenes populistas de los años cuarenta y cincuenta y rebasados los de dictaduras de imposición del Tío Sam, la clase trabajadora y las poblaciones indias de la región están dando prueba de una conciencia especialmente fina de la situación y de una decidida disposición a la confrontación en la defensa de sus derechos.