Contraportada

En Barcelona tome usted precauciones

El armario global

Eduardo Haro Tecglen

Comité Efímero de Salud Mental Colectiva

1.- Lleve siempre encima su documentación. Especialmente si es usted de raza no blanca. La ciudad de barcelona es una inmensa frontera virtual. La policía puede detenerle en cualquier lugar, para evitar problemas lleve siempre su documentación, vístase como un turista clásico (si su look no es el adecuado sufrirá constantes retenciones para ser identificado/a).

2.- Si es usted negro/a o africano/a no es recomendable que se acerque a la Plaza Catalunya, es un lugar peligroso por la fuerte concentración de fuerzas de orden público que hay en este lugar.

3.- Si es usted un/una turista pobre o con look alternativo le recomendamos que no se acerque a la Plaza Orwell y alrededores, la zona está vigilada y hay un retén permanente de la policía local con la misión de "limpiar" de indeseables el lugar, si se acerca por allí hágalo acompañado de otras personas y si piensa detenerse siéntese en la terraza de un bar, nunca se siente sobre el suelo ni toque la flauta, la policía actúa con contundencia en estos casos. Tenga mucho cuidado, en la Plaza Orwell y en la calle Escudellers hay cámaras de video-vigilancia.

4.- Aléjese de manifestaciones y concentraciones de inmigrantes, recientemente un turista de raza negra fue detenido por la policía por acercarse demasiado a una concentración de inmigrantes que reclamaban sus derechos.

5.- Tenga mucho cuidado, la ciudad de barcelona es muy peligrosa. La policía detiene arbitrariamente, invade viviendas sin autorización judicial (últimamente también se han denunciado robos de pertenencias personales en estas invasiones), revienta manifestaciones con infiltrados y apalea a ciudadanos/as en la vía pública (las últimas denuncias de estos hechos se han dado en este verano, sin ir más lejos...).

6.- Los vigilantes del metro también la han tomado con las/los inmigrantes, para evitar problemas en este medio de transporte siga las siguientes instrucciones: no se desprenda del billete hasta salir de las instalaciones, no cometa ninguna infracción (las personas de raza no blanca son perseguidas con mayor rigor y violencia), vista el uniforme de turista estandar, camine en fila india y sin llamar la atención, no mire a los jóvenes (algunos son fachas y responden con todo tipo de agresiones a una sola mirada de inmigrante), no hable, no fume, y si le es posible no salga de la habitación de su hotel a no ser que sea absolutamente necesario o haya encontrado un trabajo negro y mal pagado.

... Siga estos consejos y su estancia en esta ciudad será más tranquila y pacífica.

¡¡¡Felices vacaciones en Karcelona !!!

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Moncho Alpuente

Los anarquistas han salido del armario convocados por los guardianes de la globalización que les necesitaban como coartada una vez más para explicar a los lectores de periódicos con que clase de enemigo tienen que enfrentarse en su acendrada defensa de los ideales democráticos. Lástima que los servidores de la ley y el orden en la Génova, doblemente ocupada, por globalizadores y anti-g, no estuvieran lo suficientemente bien informados sobre la parte teórica de su misión, solo así se explica que en las sombras de sus siniestras comisarías obligaran a los detenidos a darle vivas a Mussolini y no a Berlusconi.

Musolinni, Hitler, Franco y Stalin también sustentaban proyectos globalizadores pero no llegaron a entenderse. El imperio colonial español de Franco, que nos vendían como camino más corto al paraíso- "Por el Imperio hacia Dios" se terminaba en Ceuta y en Melilla y la antiutopía perversa del padrecito Stalin y del comunismo autoritario acabó desglobalizándose y deshaciéndose en corpúsculos mal avenidos.

El comunismo, que era el enemigo global a invocar cuando las cosas se torcían para el presunto bloque democrático, ya no le da miedo a nadie. El comunismo chino por ejemplo solo les da miedo, aunque cerval, a los propios chinos que ven como sus ancianos líderes han elegido lo peor de los dos mundos, el capitalismo económico y el partido único de pensamiento único, excluyente y represor.

Desde que la lucha contra el comunismo dejó de servir como coartada para todo, los Estados Unidos de América se han esforzado por encontrar un nuevo enemigo global para justificar su política de armamento y reforzar su predominio imperial. La guerra, aún en curso, del Golfo Pérsico, no tiene moraleja globalizadora. No se puede satanizar por ejemplo al islamismo sin molestar a los colegas de Arabia Saudí, que compiten con USA y con China en la aplicación sistemática de la pena de muerte, y también están ahí Kuwait y los demás emiratos petrolíferos.

Durante un tiempo los estrategas estadounidenses trataron de engañar al personal diciéndoles que el nuevo enemigo público número uno eran los narcotraficantes colombianos o mexicanos y plantearon a sus aliados que les dejaran usar sus territorios nacionales para una guerra de exterminio. La coartada no convenció a nadie, aquello era como si el vecino nos pidiera permiso para matar moscas a cañonazos en el salón de nuestra casa.

Ahora han sacado a los anarquistas del armario, con todas las connotaciones folklóricas del anarquismo histórico, las de la bomba esférica y negra con la mecha de cuerda, pero por ahora son ellos los únicos que matan y los que cuentan con un arsenal más sofisticado e impunidad para hacerlo.

Pero el anarquismo está ahí sobrevolando el paisaje antiglobalizador como una idea común, como una filosofía globalizadora, una utopía que no se ha desmoronado. Ellos lo han sacado del armario pero no le va a resultar nada fácil volverlo a encerrar.

(Continuará)